En un país convulsionado por la violencia, la injusticia y la impunidad, América Oralia fue y denunció el homicidio de su hijo, sin saber lo que le esperaba también a ella.
El crimen se suscitó en la alcaldía Iztapalapa en la Ciudad de México; América Oralia acudió ante las autoridades a denunciar el asesinato de su hijo, además de identificar a uno de los presuntos responsables.
La denuncia e identificación del involucrado en el crimen de su hijo la realizó en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Nezahualcóyotl, tras ello, se logró la captura de un sujeto implicado en la muerte del joven, y a partir de ahí comenzaron amenazas en su contra.
Las amenazas de muerte se convirtieron en realidad y afuera de su domicilio, América Oralia fue atacada a balazos. Su único pecado fue pedir justicia por su hijo.
El crimen de la mujer fue captado por cámaras de seguridad de la zona, así como la presencia previa de un sujeto de sudadera blanca que deambulaba el lugar hasta la llegada de América; se observa posteriomente como se le acercó otro hombre, forcejeó y la baleó. Ahí perdió la vida la buscadora de justicia.