En un verdadero calvario, más de dos mil migrantes, en su mayoría originarios de Centroamérica esperan una cita para solicitar asilo en Estados Unidos.
Es la ciudad fronteriza de Tijuana la que se ha convertido en el punto de espera de los centroamericanos y algunos de ellos se encuentran en aquel lugar desde hace más de cinco meses en espera de su cita.
Hospedados en albergues, hoteles o casas en renta, esperan cruzar la garita de San Ysidro luego de inscribirse en la lista de la organización civil “Ángeles de la Frontera” y vivir un proceso lento y que depende de la voluntad del estado norteamericano.
Niños, mujeres, hombres, solos o acompañados, viven en condiciones de alta vulnerabilidad pues el pan de todos los días es la inseguridad, el abuso, la violencia, discriminación, pobreza y falta de oportunidades.
No todos han resistido el proceso, muchos de ellos han desistido de su intento por llegar a Estados Unidos y en el mejor de los casos, han buscado su retorno asistido a sus lugares de origen, sin embargo, los albergues se abarrotan de personas que aún no pierden la esperanza y siguen en espera de acceder a un posible asilo que nadie, absolutamente nadie, les garantiza que obtendrán.
